sábado, 2 de agosto de 2008

TEXTOS DE LELA BÉRTOLA

********************************************************************************







Mi pueblo

Manto dorado en otoño,
cubriendo el vergel de primavera.
Molienda de frutos ambarinos, néctar delicioso
Prensa de verdes olivas, esperanzas regando futuros.
De frente el blanco eterno, en el reverso el marrón hecho carne
El rojo y el verde acompañando a las sombras gigantescas,
que buscan su terruño, igual que yo.
Te siento y te lloro, te añoro.
Te reto por tu debilidad ante los poderosos.
Me duele tu tristeza ante cada arrebato de tus entrañas,
ante cada hedor que te lastima.
Tierra de poetas, de pintores
de músicos y artesanos.
de luchadores sin armas, de gente común,
de cielos azules, esplendidos, únicos.
De recuerdos arañando corazones.
De lagrimas doradas sacadas
a empellones de tus cavidades mas profundas.
Chilecito
resiste, flaquea, mas no cae, resurge, como siempre,
airoso, entre los verdes, los blancos, los azules y los dorados.





DIGNIDAD

Hurgar, arañar, llegar al tuétano, que broten, que surjan, que asomen, que afloren las raíces de nuestra identidad; corrugada de tantos pisoteos despiadados, de tanto quebranto, de tanta devastación, de tanto dolor sin causa.
Llegó la hora de no escondernos más; de mostrarnos tal cual somos, de asumir de donde venimos, de no avergonzarnos, si descendemos de aborígenes, de españoles que apuñalaron y mataron a los dueños de estas tierras, o de esos otros extranjeros que llegaron escapando, algunos de la guerra, otros, vaya a saber de qué.
Es tiempo de sacar espinas, que tapan heridas profundas, que cubren resentimientos, que nublan la razón y opacan el pensamiento.
Es el momento de reconocer nuestros errores y el de nuestros
ancestros, para poder crecer en libertad
Es tiempo de mostrarnos como hermanos, fuertes, unidos, invencibles ante los embates de la hipocresía, de la soberbia de los poderosos.
Es el momento, de sacarnos la venda, de romper los moldes del cinismo, de ser verdaderamente nosotros.
De luchar por lo que queremos y necesitamos, de hacer escuchar nuestro grito, sin violencia, sin sangre, sin hambre, pidiendo simplemente que nos dejen ser
un pueblo digno.





Tengo

Tengo dolor de muertes sin razones, de luchas poderosas.
Tengo inmensidad de racimos ambarinos.
Tengo parpadeos deslumbrantes, oscurecidos por el negro riachuelo.
Tengo la nariz impregnada de azahares y olores nauseabundos.
Tengo los ojos celestes de las aguas saltarinas y ojos tristes de hermanos sometidos.
Tengo las entrañas abiertas de parir hijos sin futuro.
Tengo clavadas agujas de impunidad, de injusticia.
Tengo marcas de latigazos, de desarraigos, de desprotección.
Tengo imágenes viejas de cañaverales y montes inmensos.
Tengo pegadas en mi retina innumerables ruinas.
Tengo paisajes hermosos fijados a fuego.
Tengo madres de pañuelos blancos pidiendo por sus hijos.
Tengo hambre de justicia. Tengo sed de lluvias mágicas.
Tengo asco de soberbias y mentiras.
Tengo veleros cargados de esperanzas.
Tengo alas de cóndores surcando cielos azules y revoloteando montañas veteadas.
Tengo gritos lastimeros que retumban en la inmensidad.
Tengo olvidos premeditados. Tengo llantos contenidos.
Tengo promesas incumplidas.
Tengo cadenas que sujetan ideas.
Tengo esperanzas. Tengo necesidad de libertades.
Tengo ojos de mariposas y pájaros multicolores.
Tengo mezcla de sensaciones
Tengo contradicciones.
Tengo dolor por mi país saqueado
Tengo alegría por las cosas hermosas de mi país
TENGO UN PAIS


Vivir

Si en tus restos aun hay:
sobras de vida,
vestigios de alma,
cáscaras del tiempo adheridas al cuerpo:
marcas, raspones, huellas.
es señal que honraste la vida.

Lela Bértola

No hay comentarios: